Ballet "El Cascanueces"
El día 30 fui con mi compañera Aroa Salinero a ver el ballet
del Cascanueces, en la Sala Covibar.
Para comenzar la historia apareció en el escenario una
marioneta que nos explicaba que se trataba de Ernst Theodor, el escritor de la
historia del Cascanueces y el rey de los ratones. Y que comenzaría el ballet con música de
Chaikovski.
La historia comenzó con Clara bailando con sus muñecos,
hasta que llegan sus padres y le empiezan a dar sus regalos de Navidad. Pero
viene un amigo de los padres que le trae a Clara un regalo, el Cascanueces.
Cuando llega la noche y Clara se va a dormir aparecen en la
habitación ratones y después llega el Rey de los Ratones, que quiere llevarse a
Clara. De repente el Cascanueces cobra vida y lucha con los ratones para
proteger a Clara.
Una vez vencidos, aparece el hada del azúcar, que repartió
caramelos a todos los niños de la sala, y después llevo a Clara y al
Cascanueces a recorrer el mundo, pasando por España, China, Rusia y Oriente
Medio.
Al finalizar el ballet, una voz en off que durante todo el
ballet fue contándonos la historia, cuenta como en realidad todo lo vivido por
Clara ha sido un bonito sueño.
Fue un ballet muy bonito, donde todos los bailarines me dejaron
impresionada, con los pasos tan complicados que realizaban. O cuando aguantaban
tanto tiempo solo aguantando con la punta de los pies. Los saltos que realizaban, subir la pierna o
abrirse en el suelo.
La sincronización que había entre todos los bailarines era
perfecta, ver como cuando había varios
en el escenario todos realizaban los mismos movimientos a la vez. Me pareció
precioso poder disfrutar del espectáculo. Además el juego de luces que te metía
en el ambiente, o como usaban la luz negra aprovechando sus tutus blancos. El Ballet me parece uno de los bailes más difíciles
que hay, donde se necesita de mucha
disciplina y esfuerzo.
Puede llevar a mi prima pequeña para que lo viera y salió
encantada, al igual que todos los asistentes. Desde los más mayores hasta los
más peques. Este ballet me hizo recordar a mi infancia y escuche por primera
vez la historia del Cascanueces.
Cuando acabo el ballet nos dejaron hacernos fotos con los
bailarines, y tuvimos la oportunidad de poder decirles lo mucho que nos había gustado.














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